Alfa Romeo: Una marca nacida para la competición

En el año 1910, en Milán, nacía una nueva marca de automóviles con el nombre de ALFA. Desde sus inicios, ALFA tenía claro que su distintivo frente a la competencia sería su rendimiento y su espíritu deportivo. Con esta filosofía en mente, desarrollaron sus primeros modelos, como el 24 HP, capaz de alcanzar una velocidad máxima de 100 km/h, y su versión de competición, el 24 HP Corsa, diseñado con la única meta de la victoria. No pasó mucho tiempo antes de que los resultados llegaran: en 1913, Nino Franchini obtuvo la primera victoria para la marca en la carrera Parma-Poggio di Berceto.

Al mismo tiempo, carroceros como Castagna trabajaban en conceptos innovadores, como la aerodinámica, que se plasmó en vehículos como el ALFA 40/60 HP Aerodinamico, capaz de alcanzar los 139 km/h.

Después de la Primera Guerra Mundial, y coincidiendo con la llegada de un nuevo propietario, Nicola Romeo, la marca adoptó el nombre de Alfa Romeo, manteniendo siempre su pasión por la velocidad y la competición.

Las décadas de los años 20 y 30 fueron una verdadera edad de oro para la marca, con Alfa Romeo dominando la categoría principal de las carreras de automóviles de la época: los Grand Prix. El equipo de Alfa Romeo, liderado por leyendas como Enzo Ferrari, Antonio Ascari, Tazio Nuvolari, Giulio Masetti y el desafortunado Ugo Sivocci, sentó las bases de la identidad de Alfa Romeo en el mundo de la competición, con el ingeniero Vittorio Jano aportando simplicidad estructural, sofisticación mecánica y potencia máxima. A partir de la victoria de Antonio Ascari en el Gran Premio de Monza en 1924, los triunfos en las carreras más prestigiosas del mundo se sucedieron, aumentando así el prestigio de Alfa Romeo.

Estas victorias no descuidaron las categorías de menor cilindrada, como las "voiturettes", para las cuales el ingeniero Gioachino Colombo trabajó en el Alfetta a partir de 1938. Sin embargo, el proyecto se vio momentáneamente interrumpido por la Segunda Guerra Mundial.

Después de la guerra, los Alfetta 158 fueron recuperados de los graneros donde habían sido ocultados, restaurados y preparados meticulosamente para competir. Y empezaron a ganar de inmediato, pero no en la categoría de voiturettes, sino en la categoría Gran Prix. Este hito sentó las bases de los primeros éxitos de Alfa Romeo en la Fórmula 1, cuyo primer Campeonato Mundial se disputó en 1950.

En la primera temporada, el trío formado por Farina, Fangio y Fagioli ganó todos los Grandes Premios en los que participaron, subiendo al podio en doce ocasiones y logrando cinco vueltas rápidas. Nino Farina se convirtió en el primer Campeón del Mundo de Fórmula 1.

El Alfa Romeo

158 era el máximo exponente de la tecnología automotriz de la época, con una combinación de velocidad, maniobrabilidad y fiabilidad. En 1951, después de 17 años de desarrollo, el extraordinario motor del Alfetta alcanzó todo su potencial. Durante la temporada de Fórmula 1, los técnicos lograron extraer aún más potencia y alcanzar los impresionantes 450 CV. Gracias a este esfuerzo final y a los pilotos de extraordinario talento, el Alfa Romeo 159 triunfó en los Grandes Premios de Suiza, Bélgica, Francia y España, obteniendo once podios y vuelta rápida en las siete carreras disputadas. Así cerró su trayectoria legendaria con broche de oro.

Tras retirarse como equipo oficial de la Fórmula 1, Alfa Romeo se mantuvo estrechamente vinculada a esta categoría como proveedor de motores para diversas escuderías, como Brabham en las décadas de los 60 y 70, y también regresó como equipo propio entre 1976 y 1985. A partir de la temporada 2019, Alfa Romeo compite como equipo oficial en el Campeonato del Mundo FIA de Fórmula 1, tras dos temporadas asociada con la histórica escudería Sauber. Este fin de semana, estará presente en el Gran Premio de España de Fórmula 1, que se celebra en el Circuit de Barcelona-Catalunya del 1 al 4 de junio, con su monoplaza C43 y los pilotos Valtteri Bottas y Guanyou Zhou.

Además de su éxito en la Fórmula 1, Alfa Romeo ha disfrutado de grandes momentos de gloria en otras disciplinas exigentes del automovilismo. Durante las décadas de los 50 y 60, el Alfa Romeo Giulietta se hizo famoso en los rallies, ganando eventos tan prestigiosos como el Tour de Córcega en 1957, el Rally de los Mil Lagos en 1958 y el Rally Alpine en 1963, 1964 y 1966.

La marca también ha obtenido numerosos éxitos en la categoría de Turismos, con el GTA dominando el Campeonato Europeo entre 1966 y 1969, el GTAm continuando su legado a principios de los años 70, y el GTV 6 Alfetta haciéndolo en los años 80. Fabrizio Giovanardi y Gabriele Tarquini también sumaron títulos para la marca en los primeros años del siglo XXI. En el prestigioso DTM, Nicola Narini cosechó 11 victorias en 1993 al volante del Alfa Romeo 155 V6Ti.

Alfa Romeo ha dejado una huella imborrable en la historia del automovilismo, manteniendo su espíritu deportivo y su pasión por la competición a lo largo de los años. Con un legado rico en victorias y un presente emocionante en la Fórmula 1, Alfa Romeo continúa emocionando a los amantes de la velocidad en todo el mundo.